EL GATO COMO DEPREDADOR

Cada vez es más común ver gatitos y gatitas obesos, tumbados en el sofá mirando por la ventana, con un cuenco de pienso que nunca termina. El acceso libre a la comida elimina cualquier oportunidad para que los gatos expresen su conducta predatoria natural.

Los gatos son carnívoros estrictos, y en la naturaleza, suelen comer de 10 a 20 comidas pequeñas en todo el día. El ratón es el 40% de la dieta total de un gato adulto, sin embargo un ratón solo aporta el 8% de las necesidades energéticas diarias, por lo que cazar múltiples veces se convierte en requisito.

El comportamiento de alimentación del gato en las casas es similar: realizan varias visitas al comedero a lo largo del día, pero con un gasto energético mucho menor en cada comida. Además, el aburrimiento hace que muchas veces vayan al cuenco de manera compulsiva, repetidas veces, en busca de alimentación que excede sus necesidades nutricionales.

Pensar que la conducta predatoria se da únicamente como forma de alimentación es un error ya que esta existe, y debe ser fomentada, en animales que tienen todas sus necesidades nutricionales cubiertas. Esta conducta se compone de una secuencia de comportamientos: localización de la presa, captura (acoso, persecución y salto), muerte de la presa, y preparación de la ingestión. Ocupa gran parte del tiempo diario del gato en la naturaleza, lo que supone un gran gasto físico y mental.

La inhibición de estos comportamientos, o la falta de recursos/oportunidades para desarrollarlo, lleva a los gatos a padecer obesidad, aburrimiento, y frustración.

El aburrimiento y la frustración puede desencadenar enfermedades asociadas al estrés, exceso o disminición del acicalamiento y/o conducta agresiva; y la obesidad es factor de riesgo de enfermedades como la diabetes mellitus, la osteoartrosis, y enfermedades del tracto urinario entre otras.  

Por todo esto, parece necesario y ético poder proporcionar las oportunidades necesarias para desarrollar esta conducta también dentro de casa.

Lo ideal es intentar llevar a cabo tantas etapas de la secuencia predatoria como nos sea posible, y para ello podemos utilizar como herramientas la comida y el juego a través del enriquecimiento ambiental

Llegado a este punto… ¿Cómo podemos usar la comida para imitar la conducta predatoria?

Disponemos de distintas estrategias:

1.Esconder la comida en distintos lugares, fomenta el comportamiento de rastreo y búsqueda y mantiene a nuestros gatos activos y concentrados. Es un ejercicio que ofrece una recompensa directa al encontrar la comida y no requiere de motivante externo. Se puede esconder en distintos lugares de la casa, objetos o incluso lanzar bolitas de pienso para favorecer la persecución y el salto.

2.Los comederos interactivos son puzzles o rompecabezas que requieren que se realicen distintos movimientos estratégicos para sacar el alimento, lo cual fomenta la concentración, la habilidad manipulativa y la paciencia. Se pueden realizar caseros o comprar en tiendas especializadas.

Os dejamos algunos ejemplos de comederos interactivos comerciales:

Pero también podemos usar nuestra imaginación y realizar puzzles caseros:

3. Los comederos con temporizador ofrecen la ventaja de establecer horarios de alimentación con la cantidad medida en gramos que necesita. Evita la sobrealimentación, imita la secuencia de comidas frecuentes poco voluminosas que se da en la naturaleza y previene de la obesidad. Como desventaja, estos comederos no ofrecen la posibilidad de expresar conductas de depredación ni búsqueda del alimento. Por aquí os dejamos un ejemplo de estos comederos. 

Cuando empecemos a utilizar este tipo de estrategias de alimentación, lo mejor es empezar con un nivel fácil para ir aumentando la dificultad a medida que el gato va cogiendo confianza y evitar la frustración y el desinterés al principio.  Incluso a veces, si el gato está muy acostumbrado a comer únicamente del plato durante años, tendremos que ofrecerle la nueva opción junto con su plato de comida para que pueda elegir.

El área de alimentación siempre tiene que ser un lugar donde el gato se sienta seguro, sin ruidos estridentes ni tránsitos de personas/otros animales y lejos de su zona de eliminación o arenero.

Hay que tener en cuenta las preferencias individuales en el diseño y utilización del recurso de cada gato, a partir del ensayo-error de distintas alternativas: algunos gatos prefieren objetos en movimiento, otros puzzles dispensadores, y otros no aguantan los puzzles pero si la dispersión del alimento. Es muy importante observar su comportamiento antes, durante y después de la interacción, para ver cómo se desenvuelven con los distintos recursos.

Una vez hayamos probado con éxito los puzzles, es necesario ir cambiando la forma, dificultad o el tipo de comida en el tiempo para mantener la motivación y el interés.

A la hora de establecer el plan de alimentación, tenemos que tener en cuenta cuánta cantidad diaria es recomendada que coma, en base al alimento que le estamos dando, y dividir esa cantidad en todos los recursos que utilicemos, para evitar un exceso de comida.

Como siempre, en hogares multigatos necesitamos ofrecer distintos recursos separados  en el espacio, con la regla n+1, para que no exista competencia ni estrés asociado a la alimentación. Recordemos que aunque las relaciones sociales sean estrechas, el momento de la comida es por definición para ellos un momento de soledad y tranquilidad, y obligarlos a comer juntos, aunque aparentemente parezca no tener consecuencias negativas, puede suponer una fuente de estrés y ansiedad alta.  

Una vez más, establecer rutinas y horarios para la alimentación es fundamental para que nuestro gato tenga control sobre la situación y el medio, disminuyendo por tanto el estrés. Las rutinas hacen que puedan prever el momento en el que van a tener acceso a la comida, restando incertidumbre y sensación de caos.

Estas estrategias tienen una gran importancia ya que nos ayudan a conseguir que la alimentación se convierta en una forma de establecer relaciones positivas con nuestros gatos, reforzando el vínculo creado con ellos. Así, no sólo conseguimos establecer una relación más sana con la comida, sino que también nos ayuda a mejorar nuestra interacción social creando un lugar de convivencia más confortable.