La vida en cautividad puede acarrear problemas comportamentales a los animales, haciendo peligrar su salud y la viabilidad de las poblaciones. Estos problemas pueden venir de estresores ambientales, como la luz artificial o ruidos fuertes; o de estresores específicos del confinamiento, como la proximidad a los humanos o la incapacidad de huir.

El enriquecimiento ambiental (EA) es una buena herramienta para reducir estos efectos nocivo sobre el comportamiento y el bienestar de los animales. El EA tiene como objetivo mejorar su cuidado identificando y proveyendo los estímulos ambientales necesarios para lograr un buen estado de salud física y psicológica.

Para conseguir un EA eficaz, su diseño y objetivo tienen que estar dirigidos a la biología de cada especie. Un EA eficaz tiene la capacidad de motivar comportamientos típicos de especie, aumentar la sensación de control del animal sobre el ambiente y de capacitarlo para afrontar los distintos estresores antes mencionados.

Los lémures son el grupo de mamíferos más amenazado del planeta. Para mantener a estas poblaciones en cautividad con objetivos de conservación se debe controlar tanto su viabilidad genética como preservar sus conductas típicas de especie. Aunque existen distintos estudios que analizan el efecto del EA alimentario en lemures, el presente trabajo compara su efecto entre distintas especies, Lemur catta, Varecia rubra y Propithecus coquereli, con 10 individuos de cada especie. Estas tres especies de lémur, además de pertenecer a distintos géneros, muestran patrones distintos de locomoción y de adquisición de alimentos.

El estudio consistió en presentar la comida a los animales de tres formas distintas, con el objetivo de comparar la respuesta de cada especie a estos enriquecimientos alimentarios: 1) la situación control, en la que se presentó la comida cortada en pequeñas porciones en un plato, 2) una botella dispensadora de comida localizada en el suelo y 3) un colgador de alimento localizado en estructuras verticales a varios metros del suelo. Los resultados muestran que las botellas dispensadoras de comida fueron el enriquecimiento más efectivo para L. catta, mientras que el colgador de comida tuvo un mayor efecto sobre el comportamiento de los V. rubra. Para el P. coquereli ambos enriquecimientos fueron efectivos.

Estas diferencias están relacionadas con los distintos patrones de locomoción y de obtención del alimento que muestran estas especies en libertad. Los L. catta son animales semiterrestres, pasando aproximadamente el 30% del tiempo sobre el suelo. Además, utilizan tanto las manos como la boca para conseguir su alimento. Esta biología comportamental se ve potenciada por las botellas, situadas sobre el terreno y que fomentan la manipulación. Por otro lado, P. coquereli y V. rubra son especies más arbóreas y que tienden a adquirir el alimento en posiciones de suspensión en los árboles. El colgador de comida fomenta directamente estas conductas.

Se puede observar en este estudio como un buen enriquecimiento para una especie puede no serlo para otra, aun siendo cercanas filogenéticamente. Ofreciendo a cada animal aquellos enriquecimientos más enfocados a su biología se puede lograr una mejora sustancial en su bienestar tanto físico como psicológico y conductual, compensando las limitaciones del ambiente cautivo.

Referencias

Shapiro, M., Shapiro, H., & Ehmke, E. (2018). Behavioral responses of three lemur species to different food enrichment devices. Zoo Biology,37(3), 146–155. doi:10.1002/zoo.21414